Alberto Korda, también conocido como Alberto Díaz Gutiérrez, fue uno de los fotógrafos más importantes de Cuba. Si bien es conocido mundialmente por su icónica imagen de «El Guerrillero Heroico», su carrera como fotógrafo fue mucho más amplia y diversa que eso.
Korda comenzó su carrera como fotógrafo en la década de 1950, trabajando como fotoperiodista para publicaciones como Revolución y Bohemia. Fue en esta época cuando conoció a Fidel Castro y se unió a la Revolución Cubana como fotógrafo oficial del Movimiento 26 de Julio.
A lo largo de los años, Korda capturó algunas de las imágenes más icónicas de la Revolución Cubana, incluyendo la entrada triunfal de Fidel Castro y sus tropas en La Habana en 1959 y la visita de Ernesto «Che» Guevara a Nueva York en 1964. Sin embargo, fue su fotografía de Che Guevara lo que lo catapultó a la fama mundial.
Tomada en 1960 durante un acto público en La Habana, la imagen de «El Guerrillero Heroico» captura a Guevara mirando hacia el horizonte, con una boina negra en la cabeza y un cigarro en la boca. La imagen se convirtió en un icono de la lucha revolucionaria y se reprodujo en todo el mundo en carteles, camisetas y otros objetos.
A pesar de la fama que le dio esta imagen, Korda fue un artista mucho más diverso y complejo de lo que sugiere su reputación como fotógrafo de la Revolución Cubana. En sus fotografías, capturó la belleza natural de Cuba, la vida cotidiana de la gente común y la cultura popular. También trabajó en publicidad y moda, y sus imágenes fueron mostradas en importantes galerías y museos de todo el mundo.
Entre las fotografías más destacadas de Korda se encuentran «David y Goliat», una imagen que muestra a un hombre pequeño en comparación con la enorme cabeza de una escultura; «El Quijote de la Farola», que captura a un hombre en La Habana que se parece al personaje de Cervantes; y «La Niña de la Muñeca de Palo», una fotografía de una niña con una muñeca hecha de ramas. Estas imágenes son un testimonio de la habilidad de Korda para capturar la esencia de un lugar o una persona, y reflejan su compromiso con la belleza y la diversidad de la vida cubana.
Korda también se interesó por la fotografía submarina, y se convirtió en un pionero en este campo en Cuba. Sus fotografías submarinas son una muestra de la belleza y la riqueza de la vida marina en los mares cubanos, y reflejan su pasión por la naturaleza y la conservación del medio ambiente.
Además de su obra fotográfica, Korda también fue un defensor de la libertad y la justicia social. Se opuso a la dictadura de Fulgencio Batista y apoyó la lucha de los pueblos de América Latina por la independencia y la justicia. También se opuso a la comercialización de su imagen de Che Guevara, argumentando que la explotación comercial del símbolo era una traición a los ideales revolucionarios que Guevara defendió.
Korda murió en 2001, pero su legado como fotógrafo y activista sigue siendo relevante hoy en día. Su obra muestra la belleza y la complejidad de Cuba y su gente, y su compromiso con la justicia social y la libertad sigue siendo un ejemplo para los fotógrafos y activistas de todo el mundo. Aunque su imagen más famosa, «El Guerrillero Heroico», es un icono mundialmente reconocido, Korda fue mucho más que eso: fue un artista, un activista y un defensor de la humanidad y la justicia.